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Poda y recorte del cornejo florido

La poda del cornejo florido es una práctica que debe abordarse con un toque ligero y un propósito claro. A diferencia de muchos otros árboles y arbustos que requieren una poda regular y a menudo severa para mantener su forma o estimular la floración, el cornejo florido desarrolla naturalmente una forma elegante y pintoresca que rara vez necesita una intervención drástica. El objetivo principal de la poda no es forzar al árbol a adoptar una forma artificial, sino mejorar su salud, preservar su estructura natural y asegurar su longevidad en el jardín. Comprender cuándo podar, qué cortar y, lo que es más importante, qué no cortar, es esencial para mantener este árbol en su mejor estado.

La filosofía rectora para la poda del cornejo debe ser «menos es más». La mayor parte de la poda que necesitará un cornejo maduro consiste simplemente en la eliminación de madera muerta, dañada o enferma. Este tipo de poda de saneamiento se puede realizar en cualquier época del año en que se descubra el problema. Eliminar estas ramas no solo mejora la apariencia del árbol, sino que también elimina posibles puntos de entrada para enfermedades e insectos, contribuyendo a la salud general del árbol.

El mejor momento para la poda estructural, es decir, la poda destinada a mejorar la forma o la estructura del árbol, es durante su período de latencia, desde finales del invierno hasta principios de la primavera, antes de que las hojas comiencen a emerger. Podar en este momento tiene varias ventajas. Primero, la estructura completa de ramificación es claramente visible sin el follaje, lo que facilita la toma de decisiones de poda. En segundo lugar, el árbol está inactivo, por lo que el estrés de la poda se minimiza. Finalmente, cualquier herida de poda comenzará a sanar rápidamente una vez que comience el crecimiento de primavera.

Es crucial evitar la poda a finales de primavera o principios de verano, justo después de que haya florecido. Podar en este momento puede interferir con la formación de las yemas florales para el año siguiente, que se desarrollan durante el verano. Una poda importante en ese momento podría reducir o eliminar la exhibición de flores de la próxima primavera. Además, es mejor evitar la poda a finales del otoño, ya que esto puede estimular un nuevo crecimiento que no tendrá tiempo de endurecerse antes de las heladas invernales.

Herramientas y técnicas de poda adecuadas

El uso de las herramientas adecuadas es fundamental para realizar cortes de poda limpios y precisos que sanen rápidamente. Para las ramas pequeñas, de hasta 2 centímetros de diámetro, las tijeras de podar de mano (de bypass, no de yunque) son la herramienta ideal. Para ramas ligeramente más grandes, de hasta 4-5 centímetros, las podaderas de mango largo proporcionan el apalancamiento necesario. Para ramas más grandes, se debe usar una sierra de poda afilada. Asegúrate siempre de que tus herramientas estén afiladas para evitar desgarrar la corteza y limpias para prevenir la propagación de enfermedades. Desinfecta las hojas con alcohol isopropílico o una solución de lejía al 10% entre cortes, especialmente si estás eliminando madera enferma.

La técnica de corte correcta es vital para la salud del árbol. Al eliminar una rama entera, el corte debe hacerse justo fuera del «collar de la rama», que es el área ligeramente hinchada donde la rama se une al tronco o a una rama más grande. Este collar contiene tejidos especializados que ayudan a que la herida cicatrice rápidamente. No cortes al ras del tronco (corte a nivel), ya que esto crea una herida más grande y elimina el tejido de cicatrización. Del mismo modo, no dejes un tocón largo, ya que este morirá y puede pudrirse, proporcionando una vía para que las enfermedades entren en el árbol.

Para acortar una rama en lugar de eliminarla por completo, poda hasta una yema lateral o una rama lateral. Elige una yema o rama que apunte en la dirección en la que deseas que vaya el nuevo crecimiento. Realiza el corte en un ligero ángulo, aproximadamente a medio centímetro por encima de la yema. Esta técnica dirige el crecimiento futuro y ayuda a mantener una forma natural.

Al eliminar ramas grandes y pesadas, utiliza la técnica de tres cortes para evitar que el peso de la rama desgarre una tira de corteza del tronco. El primer corte se realiza en la parte inferior de la rama, a unos 30 centímetros del tronco, cortando aproximadamente un tercio del camino hacia arriba. El segundo corte se realiza en la parte superior de la rama, unos centímetros más allá del primer corte, cortando hasta que la rama se rompa. El peso de la rama se elimina de forma segura. El tercer y último corte es el corte final y cuidadoso justo fuera del collar de la rama para eliminar el tocón restante.

Objetivos de la poda: salud, estructura y estética

El objetivo principal y más importante de la poda del cornejo florido es mantener la salud del árbol. Esto implica la eliminación rutinaria de cualquier rama que esté muerta, rota o que muestre signos evidentes de enfermedad, como cancros o crecimientos fúngicos. Estas ramas no contribuyen en nada al árbol y pueden servir como reservorios de patógenos. Al eliminarlas de manera oportuna, se reduce el riesgo de que los problemas se propaguen al resto del árbol. Esta poda de saneamiento es la intervención más beneficiosa que puedes realizar.

El segundo objetivo es mejorar la estructura del árbol, especialmente en los ejemplares jóvenes. Esto implica la eliminación de ramas que crecen en ángulos deficientes, como las que tienen uniones en forma de V muy estrechas, que son propensas a romperse. También incluye la eliminación de ramas que se cruzan o se frotan entre sí, ya que esta fricción crea heridas que pueden ser puntos de entrada para enfermedades. El objetivo es fomentar una estructura de ramificación abierta y fuerte que pueda soportar su propio peso, así como las cargas de nieve o hielo.

La poda también se puede utilizar para corregir problemas estructurales como los líderes codominantes (dos troncos principales que compiten entre sí). En un árbol joven, es mejor seleccionar el líder más fuerte y erguido y subordinar o eliminar el otro para promover una estructura de un solo tronco más fuerte y estable. La eliminación de los chupones que surgen de la base del árbol y los brotes de agua (brotes verticales y de crecimiento rápido que surgen de las ramas principales) también forma parte del mantenimiento estructural, ya que estos crecimientos desvían energía y restan valor a la forma deseada del árbol.

Finalmente, la poda puede tener un objetivo estético, aunque este debe ser secundario a la salud y la estructura. Esto podría implicar la eliminación de una rama baja para permitir el paso por debajo del árbol o el aclareo selectivo de algunas ramas internas para crear una apariencia más abierta y aireada. Sin embargo, el cornejo florido tiene una forma naturalmente hermosa, y los intentos de podarlo en una forma geométrica o artificial, como un seto, generalmente fracasan y dañan la salud y la belleza inherentes del árbol. La mejor poda estética es aquella que es sutil y respeta la forma natural del árbol.

📷 Flickr / Szerző: David Illig / Licence: CC BY-NC-SA 2.0

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