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El riego y la fertilización del lirio del amazonas de flor grande

Dominar las técnicas de riego y fertilización es fundamental para cultivar un lirio del amazonas sano y con floraciones espectaculares. Estas dos prácticas están intrínsecamente ligadas al ciclo de vida de la planta, incluyendo sus fases de crecimiento activo y de reposo. Un riego inadecuado, especialmente el exceso de agua, es el error más común y perjudicial, pudiendo llevar a la pudrición de los bulbos y la muerte de la planta. Por otro lado, una fertilización equilibrada y oportuna proporcionará los nutrientes necesarios para un follaje exuberante y la energía requerida para producir sus elegantes flores.

La clave para un riego exitoso es la observación y la adaptación. No existe una frecuencia de riego fija, ya que las necesidades de la planta varían según la estación del año, la temperatura, la humedad ambiental, el tamaño de la maceta y el tipo de sustrato. En lugar de seguir un calendario estricto, es crucial comprobar la humedad del sustrato antes de cada riego. La regla de oro es dejar que los primeros centímetros de la capa superior del sustrato se sequen completamente antes de volver a regar.

La fertilización, por su parte, debe concentrarse durante los periodos de crecimiento activo, que suelen ser la primavera y el verano. Durante estos meses, la planta está produciendo nuevas hojas y acumulando reservas en el bulbo. Proporcionarle un suplemento de nutrientes apoyará este desarrollo vigoroso. Sin embargo, es igualmente importante saber cuándo detener la fertilización, como durante el periodo de descanso, para permitir que la planta complete su ciclo natural y se prepare para la floración.

La calidad del agua utilizada para el riego también puede influir en la salud de la planta a largo plazo. Aunque el lirio del amazonas no es excesivamente sensible, el uso de agua blanda, como el agua de lluvia o el agua destilada, es siempre la mejor opción. El agua del grifo a menudo contiene cloro y minerales que pueden acumularse en el sustrato con el tiempo, afectando potencialmente la capacidad de las raíces para absorber nutrientes. Si solo dispones de agua del grifo, dejarla reposar durante 24 horas puede ayudar a que parte del cloro se evapore.

Principios fundamentales del riego

El principio más importante del riego para el lirio del amazonas es evitar el encharcamiento a toda costa. Sus bulbos son extremadamente susceptibles a la pudrición si permanecen en un sustrato constantemente empapado. Por ello, la técnica de «regar a fondo y dejar secar» es la más adecuada. Cuando riegues, hazlo de manera abundante, permitiendo que el agua sature todo el cepellón y fluya libremente por los orificios de drenaje de la maceta. Este método asegura que todas las raíces reciban humedad y ayuda a eliminar las sales minerales acumuladas en el sustrato.

Después de regar a fondo, es vital desechar cualquier exceso de agua que se haya acumulado en el plato o bandeja debajo de la maceta. Dejar la maceta en un charco de agua es una de las formas más rápidas de provocar problemas de pudrición radicular. Espera unos 15-20 minutos después de regar y vacía el plato por completo. Este simple paso es crucial para mantener la salud del sistema radicular y, por extensión, de toda la planta.

La mejor manera de determinar cuándo es el momento de regar es introducir el dedo en el sustrato. Si los primeros 3-5 centímetros de tierra se sienten secos al tacto, es hora de volver a regar. Si todavía sientes humedad, espera unos días más y vuelve a comprobar. Con el tiempo, desarrollarás una intuición sobre las necesidades de tu planta, pero este método manual sigue siendo la forma más fiable de evitar tanto el riego excesivo como el insuficiente.

Es importante ajustar la frecuencia de riego a lo largo del año. Durante la primavera y el verano, la planta estará en crecimiento activo y necesitará agua con más frecuencia. En otoño e invierno, el crecimiento se ralentiza y las necesidades de agua disminuyen considerablemente. Durante el periodo de descanso inducido para promover la floración, el riego se reduce aún más, proporcionando solo la cantidad mínima de agua necesaria para evitar que los bulbos se sequen por completo.

La frecuencia y la técnica de riego adecuadas

La frecuencia de riego del lirio del amazonas no puede definirse con un número fijo de días, ya que depende de una multitud de factores ambientales. En condiciones de crecimiento activo, durante los meses más cálidos y luminosos, podrías necesitar regar aproximadamente una vez por semana. Sin embargo, en los meses más oscuros y fríos del invierno, esta frecuencia podría reducirse a una vez cada dos o tres semanas, o incluso menos. La clave es siempre verificar la humedad del sustrato antes de añadir más agua.

En cuanto a la técnica, el riego desde la parte superior es el método más común y efectivo. Vierte el agua lentamente y de manera uniforme sobre toda la superficie del sustrato, evitando mojar directamente la corona de la planta o las hojas si es posible, para reducir el riesgo de enfermedades fúngicas. Continúa hasta que el agua comience a salir por los orificios de drenaje, lo que indica que todo el cepellón ha sido humedecido.

Una técnica alternativa que puede ser beneficiosa es el riego por inmersión o por capilaridad. Este método consiste en colocar la maceta en un recipiente con unos centímetros de agua y dejar que el sustrato absorba la humedad desde abajo a través de los orificios de drenaje. Déjala en el agua durante unos 20-30 minutos, o hasta que la superficie del sustrato se sienta húmeda al tacto. Este método asegura una hidratación completa y uniforme del cepellón sin compactar el sustrato superior.

Independientemente de la técnica que elijas, es preferible regar por la mañana. Esto le da a la planta todo el día para absorber la humedad que necesita y permite que cualquier exceso de agua en la superficie del sustrato y en las hojas se evapore antes de que bajen las temperaturas por la noche. Regar por la noche puede dejar la planta en condiciones de humedad y frío, un ambiente propicio para el desarrollo de enfermedades fúngicas.

La fertilización durante la temporada de crecimiento

La fertilización es esencial para proporcionar al lirio del amazonas la energía necesaria para desarrollar su frondoso follaje y sus impresionantes flores. El periodo principal para la aplicación de fertilizantes es durante la temporada de crecimiento activo, que generalmente abarca desde la primavera hasta finales del verano. Durante este tiempo, la planta está invirtiendo una gran cantidad de energía en la producción de nuevas hojas, que a su vez realizarán la fotosíntesis para almacenar reservas en los bulbos.

El tipo de fertilizante a utilizar debe ser uno equilibrado, soluble en agua. Una fórmula como 20-20-20 o 10-10-10 es adecuada, ya que proporciona una cantidad igual de nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). El nitrógeno promueve el crecimiento del follaje, el fósforo es crucial para el desarrollo de las raíces y la floración, y el potasio contribuye a la salud general y la resistencia de la planta. Sigue siempre las instrucciones del fabricante para la dilución.

Es muy importante no sobrefertilizar, ya que esto puede quemar las raíces y dañar la planta de forma irreversible. Una buena práctica es aplicar el fertilizante a media concentración de la recomendada en el envase. Fertiliza aproximadamente cada dos o cuatro semanas durante la temporada de crecimiento. Riega siempre la planta con agua limpia antes de aplicar la solución de fertilizante para evitar que las sales concentradas entren en contacto directo con las raíces secas, lo que podría dañarlas.

Hacia finales del verano o principios del otoño, a medida que los días se acortan y el crecimiento de la planta se ralentiza, debes comenzar a reducir la frecuencia de la fertilización. Esto ayuda a la planta a prepararse para el periodo de descanso invernal. Detén por completo la aplicación de fertilizantes durante el otoño y el invierno, y especialmente durante cualquier periodo de descanso inducido para promover la floración. Reanuda la fertilización en la primavera siguiente, cuando observes los primeros signos de nuevo crecimiento.

Ajustes en el riego y la fertilización para la floración

Para inducir la floración en un lirio del amazonas maduro, es necesario manipular su ciclo de riego y detener la fertilización para simular una estación seca. Este periodo de descanso forzado es el desencadenante más importante para la formación de los tallos florales. Una vez que la planta ha completado un ciclo de crecimiento de hojas, generalmente a finales del verano o en otoño, es el momento de iniciar este proceso.

El primer paso es reducir drásticamente el riego. Pasa de mantener el sustrato ligeramente húmedo a permitir que se seque casi por completo entre riegos. El objetivo es mantener los bulbos apenas hidratados para que no se marchiten, pero lo suficientemente secos como para que la planta entre en un estado de latencia. Durante este periodo, que debe durar entre cuatro y seis semanas, la planta no debe recibir ningún tipo de fertilizante.

Es posible que durante este periodo de sequía controlada, alguna de las hojas más viejas amarillee y muera. Esto es completamente normal y no debe ser motivo de preocupación. La planta está redirigiendo su energía desde el follaje hacia los bulbos, preparándose para el esfuerzo de la floración. Simplemente retira las hojas amarillas a medida que aparezcan para mantener la planta limpia.

Una vez transcurrido el periodo de descanso, reanuda gradualmente el riego y la fertilización. Un riego a fondo después de la sequía suele ser la señal que despierta a la planta y estimula la aparición de los tallos florales. Comienza a fertilizar de nuevo, quizás con una fórmula ligeramente más alta en fósforo para potenciar la floración. Con este tratamiento, es muy probable que en unas pocas semanas veas emerger los ansiados tallos que traerán consigo una nueva oleada de flores fragantes.

La importancia de la calidad del agua

Aunque a menudo se pasa por alto, la calidad del agua que utilizas para regar puede tener un impacto significativo en la salud a largo plazo de tu lirio del amazonas. El agua del grifo, dependiendo de la región, puede contener altos niveles de minerales como el calcio y el magnesio (lo que se conoce como agua dura) y aditivos químicos como el cloro y las cloraminas, que se utilizan para la desinfección. Con el tiempo, estos elementos pueden acumularse en el sustrato.

Esta acumulación de sales minerales puede alterar el pH del sustrato y formar una costra blanquecina en la superficie. Más importante aún, puede interferir con la capacidad de las raíces para absorber agua y nutrientes, un fenómeno conocido como «bloqueo de nutrientes». Esto puede llevar a deficiencias nutricionales incluso si estás fertilizando correctamente, manifestándose en un crecimiento pobre o en hojas descoloridas.

Para mitigar estos efectos, si es posible, utiliza agua de lluvia, agua destilada o agua filtrada por ósmosis inversa, ya que están libres de minerales y aditivos. Si tu única opción es el agua del grifo, una simple medida que puedes tomar es dejarla reposar en un recipiente abierto durante al menos 24 horas. Este proceso permite que gran parte del cloro se evapore en el aire, haciendo el agua un poco más segura para tu planta. Sin embargo, este método no elimina las cloraminas ni los minerales disueltos.

Para combatir la acumulación de sales en el sustrato, es una buena práctica realizar un «lavado» del sustrato cada pocos meses. Esto implica regar la planta a fondo en un fregadero o al aire libre, dejando que una gran cantidad de agua fluya a través de la maceta durante varios minutos. Este proceso ayuda a disolver y arrastrar el exceso de sales acumuladas, «reseteando» el sustrato y mejorando la salud del sistema radicular.

📷: Flickr / Szerző: 阿橋花譜 HQ Flower Guide / Licence: CC BY-SA 2.0

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