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La poda y el recorte de la aloe vera

La poda del aloe vera es una tarea de mantenimiento mínima, lo que refuerza su reputación como una planta de cuidado sencillo. A diferencia de muchos arbustos o plantas perennes, el aloe no requiere recortes regulares para darle forma o estimular la floración. La principal razón para podar esta suculenta es por motivos de salud y estética: la eliminación de hojas que ya no son viables. Esto incluye las hojas más externas y viejas que, como parte de su ciclo natural, se secan y se vuelven marrones, así como cualquier hoja que haya sufrido daños mecánicos o presente signos de enfermedad.

Realizar esta poda de saneamiento es beneficioso para la planta por varias razones. En primer lugar, mejora su apariencia general, dándole un aspecto más limpio y cuidado. En segundo lugar, al eliminar las hojas muertas o moribundas, la planta puede redirigir su energía y sus recursos hacia el desarrollo de nuevas hojas sanas en el centro de la roseta. Por último, la eliminación de material vegetal en descomposición reduce los posibles refugios para plagas y minimiza el riesgo de que se desarrollen enfermedades fúngicas que podrían prosperar en el tejido muerto.

El proceso de poda es extremadamente simple. Para eliminar una hoja seca o dañada, utiliza siempre una herramienta de corte limpia y afilada, como un cuchillo, una navaja o unas tijeras de podar bien desinfectadas. Esto es crucial para evitar la introducción de patógenos en la planta. Realiza un corte limpio y preciso lo más cerca posible de la base de la planta, donde la hoja se une al tallo principal. Intenta hacer un corte liso para que la herida cicatrice rápidamente.

No hay una frecuencia fija para esta tarea; simplemente inspecciona tu planta de vez en cuando y retira las hojas secas a medida que aparezcan. Es un proceso continuo que forma parte del mantenimiento básico. Además de las hojas, si tu aloe vera florece, también es recomendable cortar el tallo floral una vez que todas las flores se hayan marchitado. Corta el tallo desde la base para que la planta no gaste energía innecesaria en mantener una estructura que ya ha cumplido su función.

La cosecha de hojas para uso personal

Mucha gente cultiva aloe vera específicamente para cosechar sus hojas y utilizar el gel que contienen, famoso por sus propiedades calmantes y curativas para la piel. La cosecha es, en esencia, una forma de poda. Para asegurar que tanto la planta como el gel extraído sean de la mejor calidad, es importante seguir algunas pautas. Lo ideal es esperar a que la planta esté madura, generalmente cuando tiene al menos tres o cuatro años, ya que las hojas de las plantas más viejas contienen una mayor concentración de compuestos activos.

Cuando vayas a cosechar, selecciona siempre una de las hojas más externas, grandes y carnosas. Estas son las hojas más maduras y, por lo tanto, las más potentes. Nunca coseches las hojas jóvenes del centro de la roseta, ya que esto podría dañar el punto de crecimiento de la planta. Al igual que en la poda de saneamiento, utiliza un cuchillo limpio y afilado para cortar la hoja seleccionada cerca de la base, en el punto de unión con el tallo principal de la planta.

No coseches demasiadas hojas a la vez. Una buena regla general es no quitar más de un tercio de las hojas de la planta en un solo período. Dejar una cantidad suficiente de follaje asegura que la planta pueda continuar realizando la fotosíntesis de manera efectiva y recuperarse de la cosecha sin sufrir un estrés excesivo. Después de cortar una hoja, la planta sellará naturalmente la herida. Con el tiempo, la pequeña porción de la base de la hoja que queda en el tallo se secará y podrá ser retirada fácilmente.

Una vez cosechada la hoja, colócala en posición vertical con la parte cortada hacia abajo durante unos 10-15 minutos. Verás que de la herida gotea un líquido amarillento. Esta es la aloína, un látex que puede ser irritante para la piel y tiene efectos laxantes si se ingiere. Dejar que este líquido drene es un paso importante antes de proceder a cortar la hoja para extraer el gel transparente y beneficioso de su interior.

El control del tamaño y la forma

Aunque el aloe vera no se poda para darle forma de la misma manera que un seto, a veces puede ser necesario un recorte para controlar su tamaño o corregir un crecimiento desequilibrado. Por ejemplo, una planta puede volverse demasiado ancha para su espacio o puede desarrollar una forma irregular si ha crecido inclinándose hacia la luz. En estos casos, la eliminación selectiva de algunas de las hojas más grandes y externas puede ayudar a reducir su envergadura y a restaurar un aspecto más simétrico.

El proceso es idéntico al de la cosecha: selecciona las hojas más externas que contribuyen al tamaño o forma no deseados y córtalas limpiamente en la base. Esta es una excelente oportunidad para aprovechar las hojas sanas que retires, utilizando su gel. Este tipo de poda también puede mejorar la circulación de aire a través de la planta, lo cual es beneficioso para prevenir enfermedades fúngicas, especialmente en plantas densas o cultivadas en interiores.

Otra situación en la que el recorte es necesario es cuando la planta se ha etiolado debido a la falta de luz, volviéndose alta y desgarbada. En casos extremos de etiolación, la planta puede volverse tan pesada en la parte superior que se vuelve inestable. Una solución drástica pero efectiva es «decapitar» la planta. Esto implica cortar la roseta superior con unos pocos centímetros de tallo, dejar que el corte cicatrice durante varios días y luego replantarla como si fuera un esqueje. La base original a menudo producirá nuevos hijuelos.

Finalmente, una parte importante del control de la forma y el tamaño del aloe vera es la gestión de los hijuelos. Estas pequeñas plantas que brotan en la base pueden hacer que la maceta se llene rápidamente, creando un conjunto denso y desordenado. Separar regularmente estos hijuelos, como se describe en las técnicas de propagación, no solo te proporciona nuevas plantas, sino que también mantiene a la planta madre con una forma más definida y evita que compita por los recursos, permitiéndole crecer más fuerte y saludable.

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